Estancia San Antonio

En medio de un entorno natural, donde la vegetación se abre paso con generosidad y el horizonte se viste de verdes profundos, se levanta esta vivienda de una planta concebida para dialogar en armonía con su paisaje. El diseño busca fundirse con la tierra, respirando el aire puro del campo y capturando la serenidad de un entorno rural que inspira paz y contemplación.

La vivienda se despliega de manera horizontal, respetando la topografía y permitiendo que cada espacio interior se abra hacia amplias visuales. Grandes ventanales enmarcan la naturaleza como si fueran cuadros vivos, mientras que la luz natural recorre cada estancia, creando ambientes cálidos y dinámicos a lo largo del día.

Este proyecto no es solo una vivienda; es un refugio que honra la vida en el campo, un lugar donde la arquitectura se convierte en puente entre el ser humano y la tierra, entre la modernidad y la memoria de lo esencial.

Créditos

Nombre del proyecto: Estancia San Antonio

Diseño: NATURE

Construcción: En proceso

Diseño Interior: NATURE

Mobiliario y Decoración: NATURE

Superficie: 63 m2

Características constructivas

La casa combina piedra, madera natural y vidrio en un lenguaje sobrio y elegante. La piedra, extraída de la misma región, otorga solidez, permanencia y una conexión con lo ancestral.

La madera natural, presente en techos, pisos y detalles estructurales, aporta calidez, textura y un aroma que evoca lo orgánico y lo artesanal, creando ambientes acogedores y cercanos.

El vidrio, en grandes ventanales y correderas, rompe la frontera entre interior y exterior, permitiendo que la luz inunde cada espacio y que la vegetación se convierta en el telón de fondo permanente de la vida doméstica.

El diseño interior se organiza en torno a un área social integrada —sala, comedor y cocina— que se expande hacia terrazas exteriores, pensadas para la contemplación y el encuentro familiar. Los dormitorios, más íntimos y reservados, se orientan estratégicamente hacia los paisajes más serenos, capturando las brisas naturales y la quietud del entorno.

Cada material cumple una función emocional y práctica: la piedra protege, la madera abraza y el vidrio conecta. Así, la vivienda no solo se levanta como una construcción, sino como un poema construido, donde la arquitectura se funde con la tierra, respira con el bosque y se abre a la inmensidad del cielo.